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Ciencia

El calentamiento global está alterando el tiempo en la Tierra y el agua es clave, según estudio

El cambio climático está alterando la rotación y el eje de la Tierra, lo cual afectará la forma en cómo medimos el tiempo.

El deshielo juega un papel central por su impacto masivo en la redistribución global del agua. Foto: IA / LR
El deshielo juega un papel central por su impacto masivo en la redistribución global del agua. Foto: IA / LR

La aceleración del deshielo y los fenómenos meteorológicos extremos son solo algunos de los efectos visibles del cambio climático. Más allá de los impactos, un nuevo estudio publicado en la revista científica Nature revela cómo el calentamiento global está modificando la rotación y el eje de la Tierra, lo que afecta la precisión con la que medimos el tiempo.

El deshielo polar —consecuencia directa del aumento de las temperaturas globales— eleva el nivel del mar y redistribuye, en gran medida, la masa de nuestro planeta. Según la investigación, esta redistribución tiene profundas implicaciones en la rotación terrestre y, por ende, en el sistema de coordinación de la hora mundial (conocido como UTC, por las siglas de Tiempo universal coordinado en inglés).

Cuando el deshielo afecta al tiempo mundial

Históricamente, se ha asociado la medición del tiempo con la rotación de la Tierra. Sin embargo, contrario a lo que se piensa, esta no siempre es regular.

"Debido a que la tasa de rotación no es constante, UTC contiene discontinuidades (segundos intercalares), lo que complica su uso en redes informáticas. Desde 1972, todas las discontinuidades UTC han requerido que se agregue un segundo intercalar", se indica en el mencionado estudio, elaborado por Duncan Agnew.

Es decir, para garantizar la precisión del tiempo con la rotación terrestre, cada cierto tiempo se agrega un segundo intercalar. Pero, a partir del nuevo hallazgo, surge la necesidad de restar un segundo en vez de sumarlo.

“El agua de deshielo va al océano y eleva el nivel del mar. Esto equivale a una transferencia de masa desde los polos hacia el ecuador, lo que ralentiza la velocidad de rotación de la Tierra”, explica Agnew.

 El deshielo polar se ha acelerado en los últimos años. Foto: Mónica Monilari / Flickr

El deshielo polar se ha acelerado en los últimos años. Foto: Mónica Monilari / Flickr

Un caso nunca antes visto

La necesidad de un segundo intercalar negativo presenta desafíos técnicos significativos, ya que los sistemas de sincronización de tiempo global, incluidos los que respaldan las redes de telecomunicaciones, la navegación por satélite y los servicios financieros, están diseñados para manejar la adición pero no la sustracción de segundos.

"El segundo intercalar negativo nunca se ha implementado", afirmó Héctor Esteban Pinillos, jefe de la Sección de Hora del Real Instituto y Observatorio de la Armada (ROA), que fija la hora oficial en España, en un artículo de El País. "No sabemos cómo afectará a los distintos sistemas, en especial a los más antiguos", agrega el experto.

Aunque aún no se ha fijado una fecha específica para este ajuste, los expertos sugieren que podría ser necesario hacia finales de esta década. Esto subraya la importancia de monitorear continuamente los cambios en la rotación terrestre y adaptar las prácticas de medición del tiempo en consecuencia. La decisión final dependerá de las observaciones continuas y el consenso dentro de la comunidad científica y las organizaciones internacionales responsables de la regulación del tiempo global, como el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra y Sistemas de Referencia (IERS) y la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM).

¿Cómo se está modificando el eje de rotación de la Tierra?

Los científicos han observado un desplazamiento acelerado del eje de rotación terrestre desde la década de 1990, un fenómeno directamente vinculado al cambio climático.

Conocido como deriva polar, el desplazamiento se ha intensificado notablemente en las últimas tres décadas, con el eje terrestre moviéndose aproximadamente cuatro metros hacia el este.

Especialistas afirman que las grandes cantidades de hielo, al volverse agua, redistribuyen la masa del planeta y, por tanto, modifican su equilibrio y movimiento.

Al derretimiento de los glaciares, también se suma la extracción de agua subterránea para consumo humano y agricultura, que, una vez utilizada, la mayoría de veces, termina en los océanos, contribuyendo a la redistribución del peso en el planeta.

De acuerdo a la investigación, los cambios en la distribución de la masa de la Tierra afectan cómo y dónde se posiciona el eje sobre el cual gira, lo que resulta en un desplazamiento observable.

Periodista en la sección Ciencia de La República. Bachiller en periodismo por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Interés especial en temas ambientales y literatura