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Sociedad

PL antiderechos plantea que padres puedan negarse a que sus hijos estudien cursos de educación sexual

De acuerdo con la coordinadora del Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Demus), Jessica Cassani, esta iniciativa legislativa se suma al conjunto de proyectos de ley que están generando autoridades antiderechos en el Congreso. Se sabe que la mayoría de casos de violación sexual ocurre en menores de edad de 12 a 17 años.

De acuerdo con la especialista en género, el Estado tiene la obligación de garantizarle a las niñeces y a las adolescencias vidas libres de violencia. Foto: composición LR/Gerson Ortega
De acuerdo con la especialista en género, el Estado tiene la obligación de garantizarle a las niñeces y a las adolescencias vidas libres de violencia. Foto: composición LR/Gerson Ortega

El pasado lunes 15 de abril, la congresista María Jáuregui, del partido Renovación Popular, presentó un proyecto de ley que permitiría a los padres de familia optar por no incluir a sus hijos en los cursos de educación sexual integral (ESI) ofrecidos en las escuelas de Educación Básica Regular. Esta iniciativa legislativa se fundamenta en motivos de conciencia, creencias personales o convicciones religiosas de las familias, y estipula que tal decisión no debería repercutir negativamente en el promedio académico de los estudiantes.

La iniciativa de la parlamentaria Jáuregui, quien es la presidenta de la comisión de la mujer y que ya ha propuesto otras leyes antiderechos de las mujeres, buscaría reconocer el derecho de los padres a determinar el tipo de educación sexual que recibirán sus hijos. De acuerdo con la socióloga Jessica Cassani, del Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Demus), esta iniciativa legislativa se suma al conjunto de proyectos de ley que están generando autoridades antiderechos en el Congreso para hacer retroceder todo lo avanzado en términos de prevención frente a las discriminaciones y violencias de género. "Uno más de los retrocesos, de los ataques a los derechos de las niñeces, adolescencias, jóvenes y personas LGBTIQ", asegura la especialista.

“Exoneración de cursos sobre educación sexual integral. Las instituciones educativas, en todos sus niveles y modalidades, respetan el derecho de los alumnos a exonerarse de los cursos que contienen educación sexual integral por motivos de conciencia, creencia o en razón de sus convicciones religiosas sin verso afectados en su promedio académico”, señala el artículo cuarto del proyecto de ley.

Asimismo, agrega: “En el caso de los menores de edad la exoneración procede siempre y cuando así lo expresen los padres o quien tenga la tutela de los mismos”.

En una disposición complementaria, la propuesta busca modificar el artículo 5 de la Ley 28044, Ley General de Educación, para reafirmar el deber de los padres de educar a sus hijos y su derecho a participar activamente en el proceso educativo, incluyendo la elección de las instituciones educativas, en consonancia con sus propias creencias, convicciones morales y libertad de conciencia. Esta modificación subraya la capacidad de los padres para seleccionar la naturaleza de la educación de sus hijos, respetando sus principios morales y religiosos.

Cassani sostiene que toda aquella iniciativa que retroceda con respecto a la educación sexual integral, en realidad lo que esta haciendo es coludiéndose con la violencia machista, ya que nuestra sociedad reproduce la cultura patriarcal y, por tanto, se generan todas las violencias de género que vivimos y que conocemos a través de los medios de comunicación y en todos los entornos.

"Nosotros consideramos que no solo las niñeces y las adolescencias requieren educación sexual integral, sino que las mismas familias también requieren capacitarse en Educación Sexual Integral. No podemos desconocer que en nuestra sociedad hay un alto porcentaje de violencia sexual en los hogares, en los entornos familiares y hay un silenciamiento de estos hechos de violencia, sobre todo a menores de edad. La realidad es que las familias necesitan generar capacidades para que puedan irradiar prevención con la ESI dentro de sus hogares", destaca.

De acuerdo con la especialista, la ESI es una estrategia de prevención importante para prever violencias y discriminaciones de género. Y en el ámbito de los colegios, para prevenir el bullying escolar que muchas veces tiene como centro la violencia machista, el sexismo, el refuerzo de prejuicios y de estereotipos de géneros.

Por otro lado, agrega que el Estado tiene la obligación de garantizarle a las niñeces y a las adolescencias vidas libres de violencia. Y que eso se hace con un refuerzo de las políticas y estrategias de prevención de las violencias de género; por ende, la ESI es importante para hacer cambios y transformaciones hacia el futuro con la finalidad de crear sociedades con familias respetuosas e igualitarias.

Finalmente, señala que los derechos de las niñeces y adolescencias no se pueden vulnerar por creencias religiosas, por tanto, lo que mas bien se debe hacer es capacitar en derechos y en ESI a las familias y a las organizaciones religiosas. "Aquellas personas que son creyentes no pueden seguir recibiendo de sus organizaciones religiosas discursos discriminatorios. Entonces, como políticas de prevención mas bien se tendría que trabajar con las organizaciones religiosas y decir que el Estado tiene que garantizar derechos y que nuestras sociedades no pueden seguir reproduciendo discursos machistas, sexistas. Entonces las organizaciones religiosas tienen que sumarse a la trasformación cultural".

La mayoría de casos de violación sexual ocurre en menores de edad de 12 a 17 años

De acuerdo con el Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar - Aurora, se sabe que la mayoría de casos de violación sexual ocurre en menores de edad de 12 a 17 años.

Asimismo, es importante resaltar que la cifra de casos de violación sexual hacia menores de edad es de 67.012. Y que entre los años 2020 y 2023 este número se ha estado incrementando.

Estudió Comunicación Social en la Universidad Católica de Santa María. Especialista en comunicación para el desarrollo. Y con la convicción plena de que la finalidad del ser humano es siempre buscar la verdad.