El estruendoso silencio que rodea a Dina

Hay un pasmoso silencio oficial alrededor del Rolexgate. Los políticos que suelen rasgarse las vestiduras y reclaman de inmediato la cabeza de los acusados, hoy guardan tenaz control de sus expresiones, y salvo uno que otro distraído, no hay quien plantee en forma clara su posición sobre un tema que ha ido en franco desborde, hasta constituirse en un gran escándalo.

A los primeros hallazgos de relojes de marca que fueron confirmados con las fotos y videos oficiales de la Presidencia de la República, se han sumado ahora otras piezas de alta gama de joyería y movimientos de cuentas bancarias que tendrán que revisarse con la intervención de peritos especializados. Así lo ha detallado el fiscal de la nación, Juan Carlos Villena, quien ha señalado en audiencia en el Congreso que esperan que finalmente la presidenta se apersone el viernes 5 a declarar sobre todos estos temas acumulados por más de dos semanas, y que solo han sido respondidos con evasivas.

Dina Boluarte no quiso responder a la ciudadanía porque iba a hacerlo ante el fiscal; luego evadió dos citaciones del MP aduciendo que no tenía espacio en la agenda; y ante el Congreso que la convocaba ayer a una sesión en Fiscalización, señala estar impedida de asistir porque su caso ya lo está viendo la Fiscalía.

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Y el tiempo avanza y el silencio es cada vez más ruidoso. Porque se cumple esa premisa de la comunicación que señala que el vacío informativo da lugar a que el espacio se llene de rumores, especulaciones e interpretaciones. Por eso es tan poco recomendable.

La justicia ha seguido haciendo lo suyo mientras dura el silencio oficial. El allanamiento fue respuesta adecuada a tanta dilación, según el propio presidente del Poder Judicial. El MP se prepara para una primera parte de la investigación que consiste en la verificación de la información que la mandataria está obligada a brindar este viernes. También el fiscal Villena ha asegurado la realización de peritajes para completar la parte preliminar. Finalmente, la verdad tanto tiempo evitada, verá la luz. Es inevitable.