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La tercera guerra en casa, por Mirko Lauer

"Esta guerra inevitablemente producirá bandos y actitudes militantes por todo el mundo, incluida América Latina. Esto quiere decir un Perú sumido en fuertes tensiones diplomáticas, que incluso redibujarían el mapa de nuestras relaciones".

Hace un par de días, Augusto Álvarez planteó que el Perú debe ir haciéndose la idea de una Tercera Guerra Mundial, es decir, preparándose para ella. Quisiera elaborar sobre algunos posibles efectos de un conflicto semejante en nuestra sociedad y en nuestro Estado. Por lo pronto, estaremos mucho más cerca del problema que en las dos guerras mundiales anteriores.

Esta guerra inevitablemente producirá bandos y actitudes militantes por todo el mundo, incluida América Latina. Esto quiere decir un Perú sumido en fuertes tensiones diplomáticas, que incluso redibujarían el mapa de nuestras relaciones. Aun asumiendo que no se produzcan incidentes armados en la región, la zozobra viajará de los teatros centrales de operaciones hasta los hogares peruanos.

¿Podríamos mantenernos neutrales? Hasta aquí hemos visto nuestras remotas costas como demasiado alejadas de los centros de poder para atraer una guerra en serio. Pero una guerra que incluya al Extremo Oriente y los EEUU quizás obligaría a revisar ese concepto. Pues nuestra costa se volvería un especial puerto de entrada al continente sudamericano.

Los países afines y contiguos quizás aprovecharían para hacer alianzas defensivas, para controlar las fronteras y el espionaje, aunque es difícil imaginarlas sometidas a las simpatías del gobierno de turno. Algo capaz de relativizar los mecanismos electorales y democráticos mientras dure la conflagración.

Una tercera guerra se materializaría aquí en fenómenos migratorios, como un masivo regreso de emigrantes peruanos y una corriente inmigratoria desde los países más afectados. Ambas cosas intensificarían los problemas de empleo. Empezarían las preocupaciones por la seguridad alimentaria del país y el agravamiento de la ya existente precariedad.

Una guerra mundial sería un fuerte acelerador de la polarización ya existente en el Perú, a su vez un fenómeno debilitador del gobierno en ese momento. Ideas como pro-yanqui, pro-chino o pro-ruso, hoy relativizadas como proclividades ideológicas, pasarían a tener un significado mucho más concreto y militante.

Nótese, sin embargo, que una guerra tan importante como la del Medio Oriente no ha creado hasta ahora corrientes fuertes pro-israelíes o pro-palestinas en el Perú. Nos cuesta movilizarnos por temas propios, y mucho más por asuntos geográficamente remotos y percibidos como ajenos. A la propia guerra mundial la estamos viendo como algo que no tendría por qué tocarnos. Un error.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).