PJ ordena alto a persecución contra La República: El triunfo de la razón y la legalidad

La República celebra, en esta fecha, el triunfo de la razón sobre el absurdo y la ilegalidad. Desde diciembre del 2021, esta casa editora ha sido objeto de una persecución política alimentada desde el poder. En el gobierno de Pedro Castillo, y también en el de Dina Boluarte, se ha pretendido acallar a un medio de comunicación bajo coerción legal ejercida irregularmente desde el OSCE. Se ha necesitado de una sentencia emitida en un proceso de amparo por el Poder Judicial para frenar este capítulo oscuro dirigido a afectar y desestabilizar a nuestro medio de comunicación.

¿Cuál ha sido la justificación esgrimida por la OSCE para abrir 109 procesos sancionadores y 46 sanciones contra La República? Se ha señalado arbitrariamente que debido a que la hija de una de nuestras accionistas, Claudia Cornejo Mohme, fue ministra de Comercio Exterior del 19 de noviembre del 2020 al 27 de julio del 2021, La República no podía recibir ningún tipo de publicidad estatal, vale decir, proveniente de cualquier entidad como municipios, universidades, campañas de salud, educación, etc.

Esta errada interpretación de la Ley 30225, de publicidad estatal, ha sido corregida por resoluciones del Tribunal de Contrataciones del Estado de la propio OSCE y una sentencia del Tribunal Constitucional en los que expresamente se ha señalado que la prohibición es solo para la entidad en la que ejerce el funcionario público. Sin embargo, con malas artes, se decidió aplicar un criterio errado en el caso del Grupo La República.

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Ha sido el Primer Juzgado Constitucional de Lima el que ha dejado claramente establecido su criterio y ha dispuesto el fin del impedimento de recibir publicidad, que también de acuerdo con el OSCE, era permanente en el tiempo, es decir, eterno.

Esta sentencia de amparo ha sido notificada a la PCM y, por ende, a todo el aparato del Estado para que se levante la medida absurda y se restituya el derecho pleno de La República a recibir publicidad del Estado. Es el triunfo de la razón y la legalidad frente a un abuso procaz del poder de turno.

Quienes bajo el abuso de la función pública pretendieron sancionar y silenciar a La República quedan advertidos: nunca arriamos banderas y mucho menos cedimos un milímetro en el ejercicio de nuestra práctica profesional e independiente del periodismo. Como lo dijimos desde el primer día, el 16 de noviembre de 1981: “Seremos críticos e independientes porque el Perú es mucho más que los años que restan a este gobierno…”.